CALLEJEAMOS EN LA PLAZA DE ESPAÑA

El 13 de agosto se llevó a cabo la cuarta edición de “Vamos a Callejear”, teniendo como protagonista a la Plaza, la que hoy se rotula como Plaza de España. Antaño era conocida como la Plaza Pública y, como tal, era el lugar donde se congregaban todas las actividades importantes de nuestra localidad. Por ello puede ser considerado como el corazón de todo el pueblo.

De un espacio tan emblemático como es la Plaza, contamos su Historia y varias historias. Unas fueron relatadas y otras escenificadas. Algunas sucedieron varios siglos atrás. De otras, apenas han podido pasar unas décadas. Pero todas tienen mucha vida detrás.

Allá por el siglo XV, los desmanes de García de Vargas ocasionaron el cierre, por un tiempo, de la Casa de Santa María y el abandono del cultivo de las tierras que el Monasterio de Guadalupe tenía en la localidad. Unos años después, la Reina Isabel la Católica mandó demoler el castillo que los Vargas tenían en Madrigalejo como medida ejemplarizante a tantos desmanes y a sus opositores. Y con los materiales resultantes de la destrucción de la fortaleza se levantó nuestra Iglesia Parroquial, edificio que ocupa el centro de la Plaza. Estas historias nos las dieron a conocer unos personajes, a saber, unos monjes del Monasterio de Guadalupe, la casera de la Casa de Santa María, la misma Reina Isabel la Católica, un emisario o el capitán D. Diego de Cáceres Ovando.

La Plaza ha sido y es centro cívico, social, religioso y administrativo de Madrigalejo. También era el lugar donde se celebraba el mercado hasta mediados del siglo XX y donde hoy se pone el mercadillo de los viernes. En torno a este espacio público, se erigieron las Casas de Ayuntamiento, la cárcel, las fraguas del concejo, algunas viviendas, así como el pósito (edificio donde se custodiaba el grano guardado para remediar posibles contingencias) y la cilla (donde se almacenaba el grano y el fruto de los diezmos), con la iglesia en el centro. Aquí, en la Plaza, se celebraba, en muchas ocasiones, el concejo abierto. También era lugar de espectáculos, al mismo tiempo que cementerio, cuando no había lugar para enterrar dentro del templo.

A través de unas vecinas del S. XIX, conocimos el lenguaje de las campanas y, rememorando sus toques, nos llevaron hasta las consecuencias de la Guerra de la Independencia en nuestra localidad. Otro grupo de vecinas con unos niños jugando a las peleas nos introdujeron en las Guerras Carlistas, donde también Madrigalejo sufrió sus funestas consecuencias.

Y así, contando algunos chascarrillos de varios de sus edificios, hicimos un repaso a esa Plaza Pública que, en el S.XX, cambió varias veces de nombre, desde Plaza de la Constitución (1931), Plaza de la Iglesia (1940), Plaza del Generalísimo (1945), hasta su nombre actual, Plaza de España, desde 1982.